Esta semana el Ministerio de Educación y Ciencia ha presentado el adelanto de la edición de 2008 del informe "Las cifras de la Educación en España. Estadísticas e Indicadores", y la mayor parte de la prensa se ha hecho eco del tema. Resumiendo lo que aparece en los periódicos:
- un 27,7% de los alumnos salen de la ESO sin el título
- acaban más sin el título en los institutos públicos (34,2%) que en los privados (15%)
- hay más fracaso entre hombres (34,5%) que mujeres (20,6%)
- la Comunidad Valenciana es la que más fracaso tiene (34,2%)
- un 42% de los alumnos de 4º de la ESO ha repetido algún curso
Por mi experiencia (que no es mucha todavía), a simple vista me pareció bajo el porcentaje de no titulados. Pero después de leer toda la noticia, y teniendo en cuenta que estamos en la Comunidad Valenciana y trabajo en un instituto público, ya me cuadra un poco más.
El problema es grave, y tiene difícil solución. En la sociedad no se valora el esfuerzo, y tampoco en las propias familias. Muchos niños de hoy (he evitado poner todos para no generalizar, aunque lo he pensado) lo tienen todo sin dar nada a cambio. Están demasiado mimados y consentidos. No es extraño encontrar a alumnos con móviles de más de 300 euros, regalo de Reyes después de haber suspendido varias asignaturas. Y aún recuerdo el comentario de una alumna con la que me crucé en junio pasado por el pasillo y le contaba a una amiga que estaba contenta porque sólo le habían quedado 5 para septiembre.
Muchas veces son los propios adolescentes los que no ven el abandono escolar como un fracaso. Se ponen a trabajar, y lo poco que ganan con 16 ó 17 años les parece un filón. No tienen que aportar nada en casa y disponen de dinero para sus gastos. En cambio, el que sigue en el instituto, no tiene un duro, y está a expensas de lo que le den sus padres.
La solución, como he dicho, no es fácil. Al hacer obligatoria la educación hasta los 16 años, ha accedido más alumnado a los intitutos, y se ha bajado el nivel. Ahora en bachiller se va a poder hacer medio primero y medio segundo si tienes hasta 4 suspensos, o se va a poder pasar de curso en la ESO con 3 asignaturas. Luego llegan a la Universidad, y tardan en acabar una carrera 2 ó 3 años más de lo que dura el plan de estudios (o más si hablamos de una Licenciatura de las difíciles).
Una forma, igual la más fácil, de intentar resolver el problema es poner más dinero: para desdobles (no es lo mismo dar clase en grupos de 25-30 alumnos, con 3 ó 4 -ó más- que intentan reventarte la clase, que en grupos de 15 con sólo 1 ó 2 alumnos de los malos) , para programas especiales (PDC, PACG, compensatoria... donde caben los alumnos con más retraso escolar, o PASE para los alumnos extranjeros que no hablan el idioma), o para ayudas sociales (algunos alumnos están semiabandonados mientras sus padres trabajan toda la tarde).
Pero el dinero no lo arregla todo, y el problema no está sólo en el Sistema Educativo. Mientras en casa no se les pida más, los jóvenes no van a estudiar. Si te regalan una PSP o una moto pese a suspender, ¿para qué te vas a molestar en trabajar? ¿de qué te vale el esfuerzo que cuesta pasar de curso?
Y queridos padres, cuando vuestro hijo dice que está en su cuarto estudiando y buscando en internet para hacer un trabajo, no os lo creáis. Seguro que está en el messenger, colgando sus fotos en votamicuerpo o jugando al Counter Strike. Controladlo un poco, que se supone que para eso estáis.
El problema es grave, y tiene difícil solución. En la sociedad no se valora el esfuerzo, y tampoco en las propias familias. Muchos niños de hoy (he evitado poner todos para no generalizar, aunque lo he pensado) lo tienen todo sin dar nada a cambio. Están demasiado mimados y consentidos. No es extraño encontrar a alumnos con móviles de más de 300 euros, regalo de Reyes después de haber suspendido varias asignaturas. Y aún recuerdo el comentario de una alumna con la que me crucé en junio pasado por el pasillo y le contaba a una amiga que estaba contenta porque sólo le habían quedado 5 para septiembre.
Muchas veces son los propios adolescentes los que no ven el abandono escolar como un fracaso. Se ponen a trabajar, y lo poco que ganan con 16 ó 17 años les parece un filón. No tienen que aportar nada en casa y disponen de dinero para sus gastos. En cambio, el que sigue en el instituto, no tiene un duro, y está a expensas de lo que le den sus padres.
La solución, como he dicho, no es fácil. Al hacer obligatoria la educación hasta los 16 años, ha accedido más alumnado a los intitutos, y se ha bajado el nivel. Ahora en bachiller se va a poder hacer medio primero y medio segundo si tienes hasta 4 suspensos, o se va a poder pasar de curso en la ESO con 3 asignaturas. Luego llegan a la Universidad, y tardan en acabar una carrera 2 ó 3 años más de lo que dura el plan de estudios (o más si hablamos de una Licenciatura de las difíciles).
Una forma, igual la más fácil, de intentar resolver el problema es poner más dinero: para desdobles (no es lo mismo dar clase en grupos de 25-30 alumnos, con 3 ó 4 -ó más- que intentan reventarte la clase, que en grupos de 15 con sólo 1 ó 2 alumnos de los malos) , para programas especiales (PDC, PACG, compensatoria... donde caben los alumnos con más retraso escolar, o PASE para los alumnos extranjeros que no hablan el idioma), o para ayudas sociales (algunos alumnos están semiabandonados mientras sus padres trabajan toda la tarde).
Pero el dinero no lo arregla todo, y el problema no está sólo en el Sistema Educativo. Mientras en casa no se les pida más, los jóvenes no van a estudiar. Si te regalan una PSP o una moto pese a suspender, ¿para qué te vas a molestar en trabajar? ¿de qué te vale el esfuerzo que cuesta pasar de curso?
Y queridos padres, cuando vuestro hijo dice que está en su cuarto estudiando y buscando en internet para hacer un trabajo, no os lo creáis. Seguro que está en el messenger, colgando sus fotos en votamicuerpo o jugando al Counter Strike. Controladlo un poco, que se supone que para eso estáis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario