Sentí un escalofrío al entrar en clase. No sabía si la encontraría cuando cruzara el marco de la puerta. Sentí aquella sensación en la que perdía en control, el fino vello de los brazos se me encrespó. Acompañado de una fría descarga que subía por mis extremidades, y a través de la columna convergían en mi nuca. Mi estómago se cerraba mientras que el corazón se encogía bombeando la poca sangre que parecía tener. No era capaz de enfocar con claridad mi vista. ¿Seguiría allí? Tras unos segundos de zozobra y acongojo conseguí fijar mi mirada. La vislumbre sobre el pupitre de la tercera fila... la llave.
Francisco Terrasa Collado.
1º de Imagen para el Diagnóstico.
1 comentario:
Cuesta de ver tan escondida. Para mí que te la han liado.
;)
Muy bueno el giro, pensaba que al final iba a ser un poco ñoña...
Nos vemos en el futbol.
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